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  • Foto del escritorBlanca Bello

Teotihuacán, Ciudad y leyenda.

“Un lugar elegido por los Dioses para convertirse en el Centro, no sólo del planeta, sino del universo completo.”


Como les comentamos en la entrega anterior, la decadencia de la ciudad ocurrió entre el año 650 a 700 d.C., por circunstancias misteriosas; algunos lo atribuyen a un incendio que devastó la ciudad, otros a rebeliones internas y algunos más a alguna invasión.



Sin embargo, todos los vestigios encontrados nos hablan de importancia y grandeza de sus habitantes; destacan sobre todo sus pirámides, pero también existe una característica en sus construcciones: sus pinturas murales que nos han permitido conocer sobre su vida religiosa.


La Ciudad.


La Calzada de los Muertos nos da la bienvenida y durante el recorrido podemos encontrar La Ciudadela , el Templo de Quetzalcoatl, el de Tlaloc, para llegar a la Pirámide del Sol, una de las más grandes del mundo, tiene una base de 225 metros y una altura 63 metros, aproximadamente. Sí es posible subirla, sin embargo hay que tomar en cuenta que sus escalones son muy estrechos y la escalera muy empinada.

Al final de la Calzada encontraremos la Pirámide de la Luna , a la cual también es posible subir.



La Leyenda.


"Cuentan los nahuas que los dioses Tezcatlipoca, Quetzalcóatl y Citlalicue, ordenaron que se hiciera el Sol. Para ello se reunieron en Teotihuacán alrededor de una hoguera sagrada en la cual debía de sacrificarse el que quisiera convertirse en el Sol.

Para el sacrificio se ofrecieron Tecciztécatl, hermoso y rico; y Nanahuatzin, enfermo y pobre. En el momento en que debían decidirse, Tecciztécatl tuvo miedo y fue Nanahuatzin quien, lleno de valor, se arrojó a la hoguera, de donde salió convertido en el Sol.



Entonces Tecciztécatl, avergonzado de su cobardía, se arrojó también a la hoguera, saliendo convertido en la Luna. Al principio los dos brillaban igual, pero los dioses, como recuerdo de su cobardía, le arrojaron un conejo a la Luna, con lo cual disminuyó su brillo. Este conejo puede verse aún hoy en la Luna, y sirve para recordarnos que el valor es una virtud mayor que la belleza o la riqueza." (1)


(1) Déborah Dultzin et al., “La leyenda del sol y la luna” en De la Tierra al Cosmos, Astronomía para niños. México,

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